Dejenme contarles algo que vivi el otro dia:
A eso de las seis y pico de la madrugada entraba yo en la Estacion de Atocha de Madrid para coger un tren que salia alrededor de las siete. Cuando llego el momento de cruzar los controles de acceso, debiamos estar alli unas veinte personas. Yo debia andar casi al final de dicho grupo, en fila. Quiza no debia haber sucedido, pero lo cierto es que unas diez o doce personas pasaron por el control de maletas (ya sabeis, los rayos x) sin problemas, mientras que el siguiente viajero tuvo que detenerse a abrir su maleta y mostrar su equipaje rodeado por un par de policias o agentes de seguridad. Es curioso como el ciudadano al que exigieron abrir la maleta era de apariencia arabe. En aquel momento pense en lo racista que eran aquellos guardias o incluso en lo racista que era nuestra sociedad, en la que ninguno de los alli presente era examinado con la minuciosidad que aquel arabe y ni siquiera nos extrañabamos.
Un par de horas despues, estaba yo sentado en mi asiento tranquilamente. Era uno de esos asientos que esta encarado al resto del vagon y desde el cual, por lo tanto, se puede ver la totalidad del mismo. A un par de asientos habia sentado otro ciudadano arabe diferente. En un momento determinado se levanto de su asiento y salio del vagon. Pronto una señora sentada muy cerca de mi se percato de que el arabe habia dejado a los pies de su asiento una pequeña bolsa de deporte. Comenzo a exaltarse; a decirle a su marido (sentado junto a ella) que mirase, que se fuesen, que estaba asustada... La señora en realidad era bastante discreta, porque lo que no alzo la voz ni se puso hecha una histerica pero su tension se contagio rapido por el vagon. La gente observaba y comprendia perfectamente la situacion. Algunos simplemente se alteraron un poco y hubo unas pocas personas que con la excusa de la cafeteria o el baño salieron bastante aceleradamente del vagon (entre ellos la señora y su marido). A los pocos minutos el arabe volvio tranquilamente sin enterarse de nada (o quizas si) y se sento en su asiento con calma. El tren llego a su destino y como podeis imaginar no sucedio nada.
¿A que viene todo esto? Cualquiera que me conozca o lea sabe que no soy una persona racista. Supongo que como todo el mundo pecare de caer en algunos prejuicios que intento evitar (o incluso en algunos que ni siquiera merecen un intento) pero considero que no existen razas de primera o segunda: cada cual debe ganarse su sitio. No obstante, en aquel vagon, con el ajetreo y los nervios de la señora -la tension se podia masticar- llegue a sentirme incomodo e incluso casi casi a paladear el miedo. Imagino que esto os podra parecer a muchos xenofobo por mi parte o lo que querais, pero por mas que intente controlarme las imagenes del 11-M, 11-S y demas pasaron por mi mente. Un ataque con terror: terrorismo al fin y al cabo.
¿Acaso tengo yo la culpa de esos sentimientos? ¿Soy racista por ello? ¿No sentirian algo similar en la situacion? y por ultimo, en cualquier caso ¿A quien puedo culpar?
Escrito por MäK a las 19 de Junio 2007 a las 06:37 PMYo le hecho la culpa a aquellos que nos mal-informan y nos inculcan todos esos prejuicios.
Es muchísimo más probable morir en un accidente de tráfico o en un accidente laboral que en un atentado terrorista. Pero todos los días nos meten en cabeza la asociaciones musulmán-terror, extranjero-delincuente, o independentista-vasco, por poner un ejemplo, ¿a que al leer la primera palabra la segunda venía casi sola?
Escrito por Juanmi a las 20 de Junio 2007 a las 02:03 PMLos prejuicios son algo tan ridículo como inevitable, por lo que no vale la pena comerse la cabeza demasiado con ellos. Claro que todos los tenemos, pero al ser irracionales hacemos lo posible por evitarlos (o al menos deberíamos). En cualquier caso, estoy seguro que de haber estado tú solo con el árabe en el vagón, no te habrías alertado demasiado cuando se marchó y dejó la bolsa. No digo que no se te hubiese pasado por la cabeza, pero desde luego la idea no te habría rondado más de unos segundos.
Es normal que te pusieses nervioso. El miedo es un virus que se extiende tan rapidamente como la risa. La diferencia es que tú eres racional y sabes sobreponerte. Desgraciadamente hay mucha gente que no lo consigue y se dejan llevar por el prejuicio, "infectando" a los demás. Por lo tanto, a la pregunta a quién puedo culpar... mi respuesta sería a todo el mundo y a nadie en particular.
Aunque no se puede negar que los medios de comunicación tienen bastante responsabilidad en esto. Aunque tampoco tienen toda la culpa, ya que proporcionan lo que la gente quiere escuchar, que toda la culpa viene de los de fuera. El chocolate del loro. Aunque tanta culpa tiene el que le da el chocolate como el loro por comérselo.
Yo lo he dicho mil veces: no es malo tener prejuicios, es inevitable. Lo malo es dejarse llevar por ellos o creérselos.
Escrito por Santo a las 25 de Junio 2007 a las 03:04 PMEn casos como el que cuentas, posiblemente me costaría más asustarme porque sé lo fácil que es que los demás te crean un delincuente por tu aspecto. :P El día que encontraron la furgoneta de ETA en Huelva con explosivos, la policía me tuvo en la estación de autobuses cosa de 10 minutos parado mientras miraban mi DNI con lupa, hasta que me identificaron y me dejaron marchar. Me fijé, había otro chaval al que acababan de parar, y los dos teníamos algo en común: pendientes y barba. Aunque yo llevaba una bolsa con tuppers llenos de comida materna que debería haberles hecho sospechar mi procedencia. :P
Escrito por Santo a las 25 de Junio 2007 a las 03:06 PM